El pasado mes de Octubre, año 2010, conseguí por fin, hacer realidad una parte de mis sueños...
Salgo el día 8 de octubre a las 8h15 de la mañana.
Bajo al garaje a cargar la maletas y espero a Almudena que quedó en venir a despedirme pero estoy demasiado abrigado y empiezo a sudar…. Finalmente decido irme a que me de el aire. Cuando estoy subiendo el puerto de Buñol empiezo a notar el cambio de temperatura, hace fresquito pero agradable. Suena el teléfono pero mi manos libres está mal conectado pues no consigo hablar. Finalmente decido parar a unos 60 km de Valencia y llamo a Almudena. Ha llegado cuando yo salía, nos hemos cruzado. Me desea buen viaje y sigo camino de Córdoba donde quiero llegar a media tarde. Mi GPS funciona bien pero la pantalla no se ve con la claridad del sol y no oigo las indicaciones. Tampoco me hace mucha falta pues creo que recuerdo el camino. Solo lo necesitaré para entrar y salir de las ciudades, sobre todo Sevilla que conozco bien poco y se me hizo siempre un mundo
A las 10h20 primer repostaje ya que no salía con el depósito lleno. La bolsa sobre el depósito no es cómoda pues cae sobre mi y, en parado, al girar el manillar toca el botón del elevalunas y me baja la visera. No me convence. Aprovecho y me tomo un bocadillo de los 4 que llevo y bebo un poco de agua, estiro las piernas y seguimos carretera
Llegando al cruce de la NIII donde la carretera va hacia Madrid y hacia Albacete creo que tengo un despiste y continuo dirección Madrid. Poco antes de llegar a Honrubia giro a la izquierda camino de Manzanares. Ya llevo unos cuantos kilómetros de autovía y es muy monótono. El trasero empieza a doler pero aún quedan unos cuantos kilómetros mas. Continua la monotonía, el motor suena como una máquina de coser y la velocidad de crucero a 110 km/h se mantiene con facilidad, con puntas de 120 km/h
A las 12h30, me salgo de la autovía y busco un lugar donde parar un rato a la sombra. Las llanuras de la Mancha son interminables. No quiero andar mucho buscando y me paro a la sombra de un árbol al borde de una carretera de segundo orden. Es también una recta infinita….
Estiro las piernas, enderezo la espalda y me como otros dos bocadillos. Hay que seguir. Se está haciendo pesada la carretera por monótona y solitaria. Los coches que pasan van mas rápido que yo. Y después dicen que los moteros van como "locos"…
Pero yo quiero disfrutar del sonido del motor que sigue sonando cual máquina de coser….
Siguen cayendo los kilómetros y me pongo a cantar. Dentro del casco mi voz suena bien….me gusta oírme, jejeje…
A las 14h45 vuelvo a parar para el segundo repostaje. Ya llevamos 455 km. Quedan unos 130 km para llegar a Córdoba. Empiezo a pensar en el “berenjenal” en que me he metido… “Cuando llegue a Sevilla dejo la moto allí y la pongo en venta…”. “ Por un billete de vuelta a Valencia regalo la moto….” Es una paliza de monotonía, soledad y fatiga. Sobre todo por falta de entrenamiento…
Finalmente llegamos, mi moto y yo, a Córdoba ¡!... No reconozco nada. Una gran avenida.. Calor, coches, rotondas, semáforos, ruidos… Pregunto donde está la Avenida del Gran Capitán. Me dicen que al fondo a la izquierda. El GPS me da información pero como todo ha cambiado tanto no le hago mucho caso. Empiezan las vueltas a la manzana. Una y otra vez paso por el mismo sitio. Sigo sin reconocer nada. Estoy perdido y en una moto no se pueden hacer varias cosas a la vez. Continuo dando vueltas. Empiezo a sudar pues hace calor, creo ver un termómetro que marca 34º… Otra vez paso por el mismo sitio, pero me niego a seguir y giro a la derecha. Veo el nombre de la calle. Cruz Conde.. ¡Hombre por fin! Esta me suena. La sigo, llego a las Tendillas, ¡que cambiada está la plaza!, el reloj que daba las horas con el sonido de una guitarra está tapiado, me da la impresión que con unas maderas, ¡que pena!. Pero claro voy en moto, no voy andando como tantas veces pasé por allí… no me puedo parar, el tráfico empuja y entro en unas callejuelas que giran a derecha e izquierda y otra vez a izquierda y derecha…. Vuelvo a estar perdido. No reconozco nada. De pronto salgo a una avenida que cuando estudiante recorrí una y mil veces andando para llevar las cartas a Correos. ¡Estoy parado al lado de Correos! Pregunto por la Avenida del Gran Capitán. Me dan unas indicaciones pero ya no me es tan fácil encontrarme. Sigo adelante y, de pronto, sin saber como, pregunto por el Hotel Serrano y me dicen que está en la calle paralela a la que llevo pero es un poco difícil llegar pues están de obras y han cortado el paso… Doy la vuelta, callejeo otra vez procurando no perder el norte y veo el nombre de una calle, Alhaquen II ¿? Es donde viven mis primos y recuerdo que es continuación de la calle que busco.. Sigo adelante y salgo por fin a la Avenida del Gran Capitán. Ahora es de un solo sentido y tengo que ir en dirección contraria. Me lo pienso pues no puedo seguir dando vueltas, sudando y arriesgándome
Por fin, ya en mi habitación, duchado y cambiado, llamo a Rafael con quien quedo, a las 19 h, en la recepción del hotel. A menos 10 bajo y espero, charlando con el recepcionista, de lo cambiado que está el hotel. Yo lo conocí en los años 60 y, entonces, el hotelito era una casa típica cordobesa, con un patio interior al que daban las habitaciones y donde había cantidad de macetas con flores y plantas... A este patio, antesala de las habitaciones, se accedía empujando una puerta acristalada batiente
El recepcionista no conoció aquella época, seguramente ni siquiera había nacido.
Yo estaba apoyado en el mostrador y mirando hacia la puerta de entrada donde estaba aparcada la moto. A las 19h entró un hombre que se dirigió a mi y pensé que era Rafael con quien había quedado diciendome lo que había cambiado pues no lo recordaba así. Por lo visto él si me reconoció pues vino directo a mi y me dio un abrazo con una gran sonrisa. Yo le dije: "¿eres Rafael?" y entendí que me decía que sí pero al momento entró otro hombre y entonces me dije, ese si es Rafael, entonces, "¿tú quien eres?.... Soy Antonio... ¡Es verdad! Tu eres Antonio... ¿Cuantas veces he intentado encontrarte. Pensaba que estarías por otras tierras!
Después de los abrazos y preguntas respuestas que se atropellaban, nos fuimos a tomar unas cervezas.
Ya estábamos todos jubilados, Antonio había trabajado en Telefónica y llevaba unos cuantos años jubilado y bastante aburrido de esa situación que no tenía remedio. Había seguido jugando al balonmano bastantes años después de que yo me fuera de Córdoba y, luego, hasta hace pocos años, se dedicó a entrenar a jóvenes equipos... En cuanto a Rafael, trabajó en.....
Luego vino Sevilla, Huelva, Ayamonte, Portugal, Granada, Murcia....
Etapa de Córdoba a Sevilla:
Después de una tarde noche muy agradable en compañía de unos amigos reencontrados después de cerca de 40 años, a las 12 de la noche volvimos andando al Hotel y, tras la despedida con la promesa de volver y repetir, subí a la habitación a descansar.
Toda la noche la pasé, extrañando la cama pero sobre todo intentando oír el sonido de la lluvia, ya que los "hombres del tiempo", habían amenazado con lluvias torrenciales para ese sábado en Andalucía. A las 7 de la mañana me levanté y me asomé a la ventana y no llovía. "¡Que suerte! A ver si dura.", me dije. Me vestí tranquilamente y a las 7h30 estaba desayunando en el restaurante del hotel. Seguía sin llover pero amenazaba agua. A las 8h ya estaba listo para salir y bajé las maletas y los trastos a la recepción del hotel para ver si conseguía preparar la moto antes de que empezara a caer agua.
No lo conseguí. Empezó a llover y decidí no esperar e irme. Había pensado hacer el viaje, Córdoba - Sevilla, por las carreteras secundarias en vez de la autopista, pero viendo como se ponía el día, decidí ir por esta última.
Seguirá...
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Salgo el día 8 de octubre a las 8h15 de la mañana.
Bajo al garaje a cargar la maletas y espero a Almudena que quedó en venir a despedirme pero estoy demasiado abrigado y empiezo a sudar…. Finalmente decido irme a que me de el aire. Cuando estoy subiendo el puerto de Buñol empiezo a notar el cambio de temperatura, hace fresquito pero agradable. Suena el teléfono pero mi manos libres está mal conectado pues no consigo hablar. Finalmente decido parar a unos 60 km de Valencia y llamo a Almudena. Ha llegado cuando yo salía, nos hemos cruzado. Me desea buen viaje y sigo camino de Córdoba donde quiero llegar a media tarde. Mi GPS funciona bien pero la pantalla no se ve con la claridad del sol y no oigo las indicaciones. Tampoco me hace mucha falta pues creo que recuerdo el camino. Solo lo necesitaré para entrar y salir de las ciudades, sobre todo Sevilla que conozco bien poco y se me hizo siempre un mundo
A las 10h20 primer repostaje ya que no salía con el depósito lleno. La bolsa sobre el depósito no es cómoda pues cae sobre mi y, en parado, al girar el manillar toca el botón del elevalunas y me baja la visera. No me convence. Aprovecho y me tomo un bocadillo de los 4 que llevo y bebo un poco de agua, estiro las piernas y seguimos carretera
Llegando al cruce de la NIII donde la carretera va hacia Madrid y hacia Albacete creo que tengo un despiste y continuo dirección Madrid. Poco antes de llegar a Honrubia giro a la izquierda camino de Manzanares. Ya llevo unos cuantos kilómetros de autovía y es muy monótono. El trasero empieza a doler pero aún quedan unos cuantos kilómetros mas. Continua la monotonía, el motor suena como una máquina de coser y la velocidad de crucero a 110 km/h se mantiene con facilidad, con puntas de 120 km/h
A las 12h30, me salgo de la autovía y busco un lugar donde parar un rato a la sombra. Las llanuras de la Mancha son interminables. No quiero andar mucho buscando y me paro a la sombra de un árbol al borde de una carretera de segundo orden. Es también una recta infinita….
Estiro las piernas, enderezo la espalda y me como otros dos bocadillos. Hay que seguir. Se está haciendo pesada la carretera por monótona y solitaria. Los coches que pasan van mas rápido que yo. Y después dicen que los moteros van como "locos"…
Pero yo quiero disfrutar del sonido del motor que sigue sonando cual máquina de coser….
Siguen cayendo los kilómetros y me pongo a cantar. Dentro del casco mi voz suena bien….me gusta oírme, jejeje…
Una parada en Despeñaperros... |
A las 14h45 vuelvo a parar para el segundo repostaje. Ya llevamos 455 km. Quedan unos 130 km para llegar a Córdoba. Empiezo a pensar en el “berenjenal” en que me he metido… “Cuando llegue a Sevilla dejo la moto allí y la pongo en venta…”. “ Por un billete de vuelta a Valencia regalo la moto….” Es una paliza de monotonía, soledad y fatiga. Sobre todo por falta de entrenamiento…
Finalmente llegamos, mi moto y yo, a Córdoba ¡!... No reconozco nada. Una gran avenida.. Calor, coches, rotondas, semáforos, ruidos… Pregunto donde está la Avenida del Gran Capitán. Me dicen que al fondo a la izquierda. El GPS me da información pero como todo ha cambiado tanto no le hago mucho caso. Empiezan las vueltas a la manzana. Una y otra vez paso por el mismo sitio. Sigo sin reconocer nada. Estoy perdido y en una moto no se pueden hacer varias cosas a la vez. Continuo dando vueltas. Empiezo a sudar pues hace calor, creo ver un termómetro que marca 34º… Otra vez paso por el mismo sitio, pero me niego a seguir y giro a la derecha. Veo el nombre de la calle. Cruz Conde.. ¡Hombre por fin! Esta me suena. La sigo, llego a las Tendillas, ¡que cambiada está la plaza!, el reloj que daba las horas con el sonido de una guitarra está tapiado, me da la impresión que con unas maderas, ¡que pena!. Pero claro voy en moto, no voy andando como tantas veces pasé por allí… no me puedo parar, el tráfico empuja y entro en unas callejuelas que giran a derecha e izquierda y otra vez a izquierda y derecha…. Vuelvo a estar perdido. No reconozco nada. De pronto salgo a una avenida que cuando estudiante recorrí una y mil veces andando para llevar las cartas a Correos. ¡Estoy parado al lado de Correos! Pregunto por la Avenida del Gran Capitán. Me dan unas indicaciones pero ya no me es tan fácil encontrarme. Sigo adelante y, de pronto, sin saber como, pregunto por el Hotel Serrano y me dicen que está en la calle paralela a la que llevo pero es un poco difícil llegar pues están de obras y han cortado el paso… Doy la vuelta, callejeo otra vez procurando no perder el norte y veo el nombre de una calle, Alhaquen II ¿? Es donde viven mis primos y recuerdo que es continuación de la calle que busco.. Sigo adelante y salgo por fin a la Avenida del Gran Capitán. Ahora es de un solo sentido y tengo que ir en dirección contraria. Me lo pienso pues no puedo seguir dando vueltas, sudando y arriesgándome
Por fin, ya en mi habitación, duchado y cambiado, llamo a Rafael con quien quedo, a las 19 h, en la recepción del hotel. A menos 10 bajo y espero, charlando con el recepcionista, de lo cambiado que está el hotel. Yo lo conocí en los años 60 y, entonces, el hotelito era una casa típica cordobesa, con un patio interior al que daban las habitaciones y donde había cantidad de macetas con flores y plantas... A este patio, antesala de las habitaciones, se accedía empujando una puerta acristalada batiente
El recepcionista no conoció aquella época, seguramente ni siquiera había nacido.
Yo estaba apoyado en el mostrador y mirando hacia la puerta de entrada donde estaba aparcada la moto. A las 19h entró un hombre que se dirigió a mi y pensé que era Rafael con quien había quedado diciendome lo que había cambiado pues no lo recordaba así. Por lo visto él si me reconoció pues vino directo a mi y me dio un abrazo con una gran sonrisa. Yo le dije: "¿eres Rafael?" y entendí que me decía que sí pero al momento entró otro hombre y entonces me dije, ese si es Rafael, entonces, "¿tú quien eres?.... Soy Antonio... ¡Es verdad! Tu eres Antonio... ¿Cuantas veces he intentado encontrarte. Pensaba que estarías por otras tierras!
Después de los abrazos y preguntas respuestas que se atropellaban, nos fuimos a tomar unas cervezas.
Ya estábamos todos jubilados, Antonio había trabajado en Telefónica y llevaba unos cuantos años jubilado y bastante aburrido de esa situación que no tenía remedio. Había seguido jugando al balonmano bastantes años después de que yo me fuera de Córdoba y, luego, hasta hace pocos años, se dedicó a entrenar a jóvenes equipos... En cuanto a Rafael, trabajó en.....
Luego vino Sevilla, Huelva, Ayamonte, Portugal, Granada, Murcia....
Etapa de Córdoba a Sevilla:
Después de una tarde noche muy agradable en compañía de unos amigos reencontrados después de cerca de 40 años, a las 12 de la noche volvimos andando al Hotel y, tras la despedida con la promesa de volver y repetir, subí a la habitación a descansar.
Toda la noche la pasé, extrañando la cama pero sobre todo intentando oír el sonido de la lluvia, ya que los "hombres del tiempo", habían amenazado con lluvias torrenciales para ese sábado en Andalucía. A las 7 de la mañana me levanté y me asomé a la ventana y no llovía. "¡Que suerte! A ver si dura.", me dije. Me vestí tranquilamente y a las 7h30 estaba desayunando en el restaurante del hotel. Seguía sin llover pero amenazaba agua. A las 8h ya estaba listo para salir y bajé las maletas y los trastos a la recepción del hotel para ver si conseguía preparar la moto antes de que empezara a caer agua.
No lo conseguí. Empezó a llover y decidí no esperar e irme. Había pensado hacer el viaje, Córdoba - Sevilla, por las carreteras secundarias en vez de la autopista, pero viendo como se ponía el día, decidí ir por esta última.
Seguirá...
Papa.. Mira q tienes aventuras con la moto! Y no has hecho mas que empezar.. Yo tengo otra petición, que es en realidad mi primer recuerdo en una moto.. Ya sabes en Bilbao cuando en una moto gigante para mi, de esas que ahora veo en los rallys de montaña, cubiertas siempre de barro, nos llevabas a mi hermana y a mi con menos de 4 años, una delante y otra detras por el barrio y las vecinas salian corriendo escandalizadas a contarselo a mama!! Hay fotos de ello.. Estoy deseando leer tus recuerdos de aquella moto! Bss
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